La palabra agresividad deriva del latín “agredi”, que significa “atacar”. Atacar o agredir implica que alguien está decidido a imponer su voluntad a otra persona u objeto, amenazando con causar o causando daño físico o psíquico. En el caso de los niños, la agresión suele presentarse de forma directa, como un acto violento contra una persona. Este acto de violencia puede ser físico (patadas, empujones, pellizcos…).
El acto de violencia también puede ser verbal, como insultos, palabrotas o amenazas. Otra forma de agresión sería aquella en la que el niño arremete contra los objetos de las personas que se oponen a sus deseos
Comportamiento agresivo en niños de primaria
Todos los niños en algún momento han empujado a otro niño, han dado una patada a algún objeto cuando no consiguen lo que quieren, etc. Sin embargo, un niño que tiene un problema o trastorno de agresividad presentará algunas de las siguientes características:
- Con frecuencia se enfada intensamente
- Es extremadamente irritable o impulsivo y tiene problemas para mantener la concentración
- Se frustra fácilmente
- Ataca y combate físicamente a otros niños o adultos
- Con frecuencia es perturbador
- Tiene un mal rendimiento en la escuela o no puede participar en el aula u otras actividades organizadas
- Tiene problemas para actuar de forma correcta en situaciones sociales y hacer amigos
- Discute o pelea continuamente con miembros de la familia y no acepta la autoridad de los padres
- Inevitablemente desafía a la autoridad y se niega a obedecer las reglas
- Niega frecuentemente la responsabilidad de su mala conducta y culpa a los demás
Un niño agresivo actuará de esa forma en más de un ámbito de su vida: en la escuela, casa, eventos sociales, competiciones deportivas…
Algunos consejos prácticos: para lidiar con la conducta explosiva y agresiva en la escuela son los siguientes:
Mantenga la calma. Cuando gritamos, tenemos menos posibilidades de llegar al niño. conseguiremos ponerlo más agresivo .
- No te rindas. Al aceptar lo que él quiere reforzaremos estos comportamientos negativos.
- Aplauda los buenos actos y actitudes positivas.Es lo más importante ya que interiorizará que esas actitudes son las más correctas.
- Hay que enseñarle las consecuencias de sus actos («si pegas, te portas mal y haces daño, no tendrás ciertos privilegios.»).
- Enséñale habilidades sociales. Les ayudará a manejar estas situaciones de forma pacifica
- Sistemas de time-outs (tiempo de reflexión) y de recompensas. Los time-outs para el mal comportamiento no violento pueden funcionar bien en niños menores de 7 u 8 años de edad. Si un niño es demasiado mayor para los time-outs, usted querrá pasar a un sistema de refuerzo positivo por la conducta apropiada —puntos o fichas para algo que él quiere.
- Hay que enseñarle a pedir disculpas y perdón. Es importante que entienda que si ha hecho daño o ha herido a alguien, tiene que pedir disculpas, y que no se debe lastimar a las personas. De la misma manera; si tiene un buen comportamiento, está bien, elogiarlo y alabarlo.
- Vale la pena enseñar alternativas. Se le puede decir que entendemos que se haya enfadado, pero que no lo tiene que demostrar de esta manera.
Aixa dice
Soy docente y tengo varios niños con este problema
Karla Silva whittwell dice
Me parece muy real en la práctica tengo un niño tal cual la descripción pero es muy cariñoso tmb pide a gritos atención y no controla sus emociones son desbordantes aconcejeme no oye cuánto está en ese estado hay días buenos y otros muy malos intermitentes cambios en su conducta de aburre con facilidad le cuesta prestar atención debo sentarme con él y motivarlo a oír llevarlo de la mano en actividades que se requiere de orden en fin podría aconcejeme por favor técnicas o qué puedo hacer para mejorar su conducta y ayudarlo a atender
rosibel bustillo mendoza dice
Muchas gracias lo pondre en practica
Sahara dice
esta interesante la información
les agradezco por publicar tan importante tema La agresividad en alumnos de escolar
como puedo obtener la información
soy docente de educación especial