Esta actividad manipulativa no solo ayuda a los niños a identificar y diferenciar los colores, sino que también fortalece su coordinación mano-ojo, fomenta el pensamiento lógico y estimula su capacidad de observación. Además, es una herramienta excelente para trabajar la atención y concentración, ya que los alumnos deben estar atentos a los detalles para completar la tarea correctamente. Las actividades manipulativas también permiten que los niños aprendan de manera más efectiva, ya que el aprendizaje kinestésico, basado en la interacción física con los objetos, facilita la retención de conceptos.
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