JUEGOS DIVERTIDOS PARA EDUCAR NIÑOS EMOCIONALMENTE FUERTES
Ser emocionalmente fuerte requiere flexibilidad, trabajo en uno mismo y mucha observación del interior y el exterior de la mente. Aquí tienes algunos para desarrollarlo en casa y en clase.

Collage de emociones: Selecciona fotos, dibujos y/o recortes para identificar cada emoción y cuenta cuándo y por qué se experimenta cada una de ellas.
Caja come miedos: Elaborar y decorar su propia caja y cuando tengan un temor, lo escriben o dibujan en un papel y lo meterán en la caja para que desaparezca ese miedo.
Identificar y gestionar las propias emociones: Responder las preguntas, ¿Cómo me siento? ¿Por qué me siento así? ¿Qué puedo hacer para sentirme mejor?… Debemos aceptar todas las emociones e incidir en el comportamiento que se deriva de ellas (puedo enfadarme, pero no puedo pegar).
Diario de emociones: Podemos elaborar vídeos analizado diariamente cómo ha ido el día, cómo nos hemos sentido y que podemos hacer para cambiar/mejorar los aspectos negativos. Podemos hacer una comparación semanal y destacar los cambios positivos.
Semáforo de emociones: Favorecer el autocontrol de nuestras emociones a través de tres colores: Verde: piensa e intenta razonar, Amarillo: se empieza a enfadar, Rojo: gritos, berrinches, pataletas… También podemos realizar un control semanal controlando el color más repetido.
El diccionario de las emociones: Crear entre toda la familia un diccionario de emociones, selecciona fotos, recortes o dibujos con diferentes emociones y clasificarlas juntos explicando cómo y cuándo la puede sentir, se puede ir completando con ejemplos reales de cada emoción.
Ejercicios de relajación o Mindfulness en familia: Con esta dinámica conseguiremos que se conviertan en grandes expertos de la regulación de emociones.
Técnica de volumen de voz fijo: Consiste en mantener siempre el mismo tono de voz, cuando se sube hay que recordar cuál es el tono adecuado.
Role Playing: Por parejas planteamos diferentes situaciones (reales o inventadas) y las representamos, al finalizar les pedimos que valoren la reacción propuesta.
Rincón de la calma: Establecer un rincón en casa al que acudir al enfadarnos, al perder el control.
Teatro de las emociones: Escenificar una emoción (alegría, tristeza, sorpresa, miedo…) que tienen que adivinar el resto de la familia.
Escucha activa: Pregunta sobre cómo cree que se sienten las personas que ve en su entorno en determinadas situaciones.
Juegos al aire libre: Diferentes dinámicas que favorezcan el trabajo en equipo, la colaboración y la creatividad, pero también la espera, el aburrimiento y la tolerancia a la frustración.
Cuentos para trabajar emociones y sentimientos: Los libros siempre son grandes aliados. Reflexionar y dialogar sobre diferentes lecturas. Los cuentos son una fabulosa herramienta para favorecer la educación emocional.
Mímica de las emociones: Recrear una emoción con gestos y sin hablar, imitar y adivinar lo que nos quiere decir.
Realizar recetas, practicar un deporte, organizar rutas senderismo, tocar un instrumento, bailar, cantar y realizar juegos de mesa y manualidades en familia. El juego, la música y el deporte es fundamental para potenciar la inteligencia emocional.
Para finalizar destacar que quienes sean capaces de gestionar sus emociones adecuadamente incrementan sus posibilidades de éxito educativo, personal, social y laboral.
Positivo:
Debemos favorecer la comunicación creando un clima de confianza donde todos los miembros de la familia se sientan libres y sin miedo a expresar lo que sienten. El diálogo es la base para lograr una correcta educación emocional.
Negativo:
Se deben evitar las siguientes acciones: 1. ignorar y/o pensar que sus problemas no tienen importancia, 2. no respetar los sentimientos del niño/a y 3. crear un apego inseguro porque supone un mayor riesgo de que el niño/a desarrolle carencias emocionales y comportamientos peligrosos.
Me gustan sus publicaciones, son interesantes